- Este manuscrito azteca fue encargado por el primer virrey de México, Antonio Mendoza. En él se relata la historia del imperio azteca desde la fundación de Tenochtitlán hasta su conquista por las tropas españolas de Hernán Cortés. Gracias a él podemos conocer el número de provincias con que contaba el imperio así como las costumbres más características de esta cultura: ritos funerarios, matrimonios, educación de los hijos.
- La creencia que las ruinas tenochcas antiguas podrían estar debajo de la plaza de la ciudad de México fue confirmado primero en 1790 cuando trabajadores que revestían la plaza central descubrieron esculturas monolíticas conocidas como el Calendario de Piedra y la estatua Coatlique.
- La comparación con estructuras existentes, tales como los restos de una escalera del templo en Tenayuca que se extiende siete millas al norte de la plaza, dio a los historiadores de arquitectura algunas indicaciones de las proporciones del Gran Templo.
- El 21 de febrero de 1978, los trabajadores de electricidad de la Ciudad de México estaban excavando debajo del nivel de la superficie de la calle al noroeste de la catedral, cuando encontraron un bloque de piedra monolítico tallado. Se llamó inmediatamente a arqueólogos a la escena para salvar lo que resultó ser un disco tallado en piedra, en relieve de forma humana. Los arqueólogos, identificaron la imagen de una diosa conocida como “Coyolxauhqui”.
- Una examinación cuidadosa de la piedra de Coyolxauhqui llevó a los arqueólogos a la conclusión que el monumento estaba "en situ," que significa que nunca fue visto por los españoles, mucho menos quebrada y re-enterrada.
- Desde 1980 se han llevado a cabo excavaciones, descubriendo nada menos que seis bloques de edificios separados del Gran Templo, así como también un gran número de templos y palacios más pequeños en los alrededores. Se excavaron muchos escondites de objetos de incalculable valor, enterrados del Gran Templo.
- Entre los descubrimientos más dramáticos están las imágenes de la vida aterradora, que los arqueólogos mexicanos identifican como Mictlantecuhtli, dios del inframundo.
- Una ilustración del Códice Florentine del siglo XVI muestra a Huitzilopochtli parado en la cúspide de Coatepec, matando a Coyolxauhqui y a sus cuatrocientos hermanos.
- Las canciones y las historias aztecas describieron cuatro grandes etapas del pasado cada una destruida por alguna catástrofe provocada por dioses vengativos.
- La reconstrucción de un “macuahuitl” (arma preferida del ejército azteca). Tallado en madera dura, se ajustó con cuchillas de obsidiana a lo largo de dos bordes cortantes. El arma era tan afilada como una navaja y su intención era mutilar o deshabilitar al enemigo para capturarlo.
- En las guerras, después de que un enemigo era capturado, él era incapacitado con un collar de madera y llevado de regreso a Tenochtitlán para una presentación formal. La intención era literalmente "traer la guerra a la casa."
- El cráneo de un enemigo era exhibido como un trofeo. Los restos de estos tzompantlis han sido encontrados en excavaciones.
domingo, 7 de junio de 2009
CURIOSIDADES
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